MORENA II, ‘montón de mieses u otros productos vegetales’, voz regional de Castilla la Vieja y León, more(i)a en gallegoportugués, de origen incierto, probablemente prerromano; quizá exista relación con el port. morouço, marouço, fr. dial. moraine, it. mora.
1.ª doc.: 1876, Agustín Pascual; Acad. 1899 o 19141.
El sentido de este vocablo en gallego es excepcional, en relación con el que acabamos de señalar en la mayor parte del centro y Oeste peninsular: así Vall. lo define como «montón de cualquier cosa», y su paisano anónimo de h. 1850 cita morea de calderixa y ducados y moreas de xente (RL VII, 219); en Sanabria se puede también hablar de murenas de abono; y en la Serra de Santo António (Nordeste de Estremadura) se nos advierte que la moreia (o mur-) puede ser también un montón de piedras, después de definirlo como montón «de lenha, de mato, de estrume, de palha»3. Parece ser cierto, pues, que en gallego, donde el vocablo presenta máxima vitalidad, hay aplicación muy varia, y que quizá lo sentido como básico sea allí ‘montón de piedras que se va acumulando’: «cando se pasa diante das ‘cruces de disgracia’ bótase unha pedra na morea que hai ao seu pé» (cierto es que ahí se refiere a Bretaña) y «a pintura dos callaus amoreados (amilladoiros, decimos en galego ás moreas de pedra)», extendiéndose luego a montones de muchos objetos: «unha morea de caixons e barricas», «moreas de carne», «mulleres como ti, hai-nas a moreas» (Castelao 121.26, 116.23, 194.32, 66.23, 283). Por lo demás, comp. acerca de esta familia, Krüger, NRFH IV, 237-8; Bibl. RDTP IX, 113-4.
Hay algunos vocablos hispánicos con que se podría relacionar el cast. y leon. morena. En Astorga murias son «montones de cantos, especie de majanos» según Garrote, en Benuza (León) vale lo mismo que pedragueira o pedregal, y Murias como nombre propio de lugar se halla en León y Sanabria (Krüger, Gegenstandsk., 155), pero en Colunga muria es «cerca de piedra suelta» (Vigón) y el mismo sentido tiene en el dialecto asturiano descrito por Rato (vid. s. v. arrimar, braza, caidizo), además ahí, en Colunga y en Santander se dice en el mismo sentido muriu, -o, Colunga muriar ‘hacer muria y muriu’, muriau ‘corral o camino contiguos a una casa, muradal’4. Hay, pues, razón para creer que ahí tenemos el lat. MȢRUS ‘pared’ con la i epentética leonesa, y la ampliación semántica que indica Garrote puede explicarse por la propensión de esta clase de muros a derrumbarse, de donde santand. muragal «montón de piedras en desorden»5; si en el mismo dialecto se cita morio como variante de murio, puede ser por un cruce local con morón.
Morón es palabra que se viene relacionando con morena. La recogió primeramente Oudin (1607), definiendo morones como «motes de terre», el dicc. español-inglés de J. Stevens (1726) explica «a little hillock», pero otra vez para Aut. no es más que un «montoncillo de tierra»; ahora bien, me parece que tiene razón Malkiel (PMLA LXIII, 786 y 801-2) al sugerir que este vocablo puede ser sencillamente un derivado regresivo de desmoronar, puesto que éste, según Oudin, es «quebrantar terrones», lo mismo significa el port. desboroar (Moraes), y el extremeño esboronarse vale «deshacerse un terrón de tierra»: ac. perfectamente lógica puesto que desmoronar es derivado de BORONA ‘migaja’: la fecha tardía de morón y tan perfecta armonía semántica son muy favorables a esta derivación retrógrada, comp. mej. moronar ‘desmoronar, pulverizar’ (Ramos D.); no importa que Morón exista como nombre de lugar, pues en parte se trata de homonimias casuales: el Morón más conocido, ciudad de la prov. de Sevilla, tiene la forma MaȬrûr en los autores arábigo-españoles (Simonet), y por lo tanto nada tendrá que ver con todo esto6.
Nos queda, pues, que considerar la posibilidad de una relación entre el cast. morena, port. moreia ‘montón vegetal’, gall. moreas ‘los montoncitos de piedras que se hacen en las heredades cuando las trabajan’ (Sarm. CaG. 108v), y el port. morouço ‘montón de piedras’7. En cuanto a éste hay poderosas razones para señalarle parentela fuera de la Península. Por una parte tenemos la familia estudiada por Jud, BDR III, 11n.1, e integrada principalmente por el tosc. mòra «costruzione informe, mùcchio di sassi», documentado desde los orígenes del idioma literario, en Dante y Giov. Villani, corso mora «mucchio di legna e pietre»8. Por otra parte el frprov. morêna (Saboya), mo࿉áina (Vaux) «renflement qui se forme à la lisière inférieure d’un champ en pente», que reaparece en el prov. mourreno (ej. de un poeta del Drôme en Mistral), y en el sentido de ‘morena de un glaciar’ pasó en el S. XVIII al francés literario, y de ahí al cast. morena íd. [Acad. 1899 o 1914]. Ahora bien, según han indicado recientemente Jud (VRom. VI, 317) y Pokorny (ibid. X, 266), éste no puede ser un galo tardío *MORHJଵNA (supuesto por J. U. Hubschmied, VRom. III, 151), ni tampoco presenta el mismo consonantismo que el tosc. mòra, puesto que la forma de Vaux y la de Provenza coinciden en postular una base *MŬRRୱNAl>, con -RR- doble, evidentemente prerromana, y quizá derivada del prov. y delf. mourre, que además de ‘labio’ y ‘hocico’ como en castellano significa ‘morro’, «rocher en forme de mufle, mamelon de montagne, éminence arrondie». Sin embargo, quiero observar que nada impediría admitir que es derivado prerromano del radical *MORA supuesto por el toscano-corso y por el port. morouço, a condición de admitir que morena pasara en provenzal y francoprovenzal a morrena por influjo del parónimo morro, influjo que era casi inevitable con tal analogía semántica.
Entonces: ¿habrá relación entre este alpino mo(r)rena y el hispánico morena, como sigue afirmando J. Hubschmid en un artículo reciente (Festschrift Jud, 250-1)? Desde luego, en vista del sufijo, creo que el nuestro ha de ser también prerromano, pero la marcada diferencia semántica me lace dudar mucho de que el radical tenga un mismo origen, lo cual se podría admitir en cuanto a morouço. Fijémonos en que en un elemento tan breve como MOR- la posibilidad de las homonimias: suales es grandísima. Junto a morena está el vasco muru, que un autor labortano empleó en el sentido de ‘montón’ y otro vizcaíno como sinónimo de ‘collado’: confirma su existencia el derivado mürüts ‘montón’, de uso común en Sule (Azkue). ¿Serán lo mismo que el latinismo muru ‘muralla’? Quizá no, y quizá tengamos ahí el radical prerromano de donde se derivó nuestro morena9; las variantes a.-nav. murru ‘montón’ y b. nav. murruka ‘roca’, señaladas por Schuchardt (ZRPh. XXXVI, 37), pueden deberse a un cruce local con MORRO 10. El vco. (h)armora ‘dolmen’ y «maceria lapidem» (1643, etc.) de harri-mora (> alav. almora); mora ‘mojón’ y ‘montaña de piedras’ ya se documenta en el vasco de Navarra en un doc. de 1120, y hoy Morea (que parece ser la misma palabra, en una variante more + artículo; more ibid. 1076-94) está representadísimo como nombre de lugar en Navarra (y particularmente en torno a Pamplona); sin embargo el prof. Michelena (FoLiVa I, 19-20 y 23-27) cree más bien que no viene de *MORENA sino de una base *MORA- ~ *MORE-.
1 Es posible que el mismo vocablo entre ya en el nombre de lugar Val de Morena que Oelschl. cita de un doc. burgalés del S. XIII, pero claro que no se puede asegurar.― ↩
2 Simonet al citarlo recuerda MaȬrîna mencionado como nombre de lugar en la provincia de Jaén por el Bayan al Mógrib, del S. XIII; pero es dudoso que haya tal relación, pues las formas gallegoportuguesas indican que nuestro vocablo no tenía AU etimológico. Creo más bien que el citado topónimo vendrá de MAURIANA, como derivado de nombre de persona, con imela.― ↩
3 RL XXXVI, 310; y no hay por qué pensar que esta ampliación se la hubiese sugerido al colector el marouço que pasa a definir a continuación en los siguientes términos: «montƟo de pedras em que estas se colocaram com certo arranjo».― ↩
4 En La Lomba muria sería «hito, mojón (división entre pueblos)», BRAE XXX, 441. Pero ¿es realmente apelativo? En ciertas zonas del Pirineo catalán (Cardener, Urgellet y vecinas) La Múria es frecuente en la oronimia, pero no quisiera precipitarme a adivinar su significado exacto. En La Múria, aldea y valle afluente del alto Ésera, hay una famosa fuente salada, luego parece que es sencillamente el lat. MURIA ‘salmuera’.― ↩
5 Lo mismo pienso del arag. mureño «montón de piedras que resulta de la limpia de un campo» [Borao].― ↩
6 Me parece claro que se trata del participio pasivo de wárrà ‘ocultar, enterrar’ (que según nos informa el Suppl. de Dozy se confundía vulgarmente con wárr(a)), por la situación de Morón en terreno muy quebrado y montañoso (vid. Madoz).― ↩
7 Vid. nota 3 y añádase Ervedosa-do-Douro meroiço «montículo feito com pedras que tiram da terra ao lavrá-la ou cavá-la» (RL XXVII, 108), y véanse muchas definiciones semejantes de este vocablo, que se extiende desde Galicia hasta el Algarbe, en el trabajo de J. Hubschmid (infra); también la variante morouço, -oiço está muy extendida.― ↩
8 El REW 5673a forma un artículo *MORA de origen desconocido y agrega el logud. moderìna «muriccia, sassaia, petraia, mucchio di pietre», que Spano cree corrupción de muredìna (no definido). Acaso haya relación con el alent. moradêa «terreno onde há restos de ruinas romanas (paredes, cascos de vâsilhas e de tegulas, etc.)», que Leite (RL XXVII, 256) duda en identificar con el moradea citado por Viterbo en docs. de Pendorada, de 1312 y 1313. ¿Pero no será un *MURETINA, cruce de PARIETINA ‘ruinas’ con MURUS? La o y quizá la ê podrían explicarse por el mozárabe.― ↩
9 El reparo que opone M-L. en razón de la diferencia vocálica es extraño. La u vasca corresponde a una U prerromana, y en ibérico las vocales eran normalmente breves, según prueban los innumerables ejs. toponímicos allegados por M. P.; esta Ŭ había de pasar a o en castellano, pero conservarse en vasco, comp. vasco muturr frente al cast. modorro, vasco iturri frente al nombre de lugar cat. (E)dorres, etc.― ↩
10 En el caso del carintio murre ‘pedregal, derrumbe de tierra’, bávaro mur íd., escand. ant. mor «pulvis minutus, fragmenta glaciei», señalados por Th. Braune, ZRPh. XXI, 217, puede haber homonimia casual. Tampoco es segura la relación con el gall. murradas o murreas «montoncitos de terrones secos para quemarlos, y después sembrar algo sobre la ceniza extendida» ni con murgueiro «montón de paja de mijo menudo o panizo, regularmente antes de majarla» (Vall.). ↩